
93. Hoy no es el día de San Valentín, no es un día especial, pero no tiene que serlo para celebrar la amistad. Estuve unos días en Miami, primero con Eduardo, luego con mi BFF (best friends forever) Ana Cristina y en una de las interminables pláticas nos acordamos que nos conocimos hace ¡20 años!
Nuestra historia empezó en 1998 en la sección Gente! de periódico El Norte, donde entramos casi al mismo tiempo como coeditoras y nuestra labor era revisar notas y armar páginas para El Norte y Mural. Quienes están en el medio, saben que las secciones de cierre diario no tienen un horario bonito y en nuestro caso no fue la excepción. Juan García Alejandro, quien era nuestro jefe directo, y que casualmente también vive ahora en Miami, nos dio a escoger a ambas qué días queríamos descansar. Había 2 opciones: martes o miércoles o miércoles y jueves. Para mi era lo mismo, así que empecé a descansar entre semana y daba la casualidad que la única disponible en uno de mis días de descanso era Ana Cristina.
Un día decidimos empezar a hacer collares y pulseras porque algo productivo queríamos hacer durante el día de descanso. La verdad, el negocio ni prosperó porque fue antes de que las cuentas de collares se consiguieran fácil y muchas veces nos pedían accesorios, pero no nos pagaban y nosotras no éramos buenas para cobrar.
Muy pronto Ana Cristina cambió a la sección de Cultura. De ahí se fue a estudiar a las universidades de Harvard (en Boston) y Columbia (en Nueva York) y aunque aún no existía el iPhone ni el FaceTime, nos echábamos el chal por teléfono o correo electrónico y yo en mis vacaciones agarraba el avión para visitarla cuando podía.

12 de mayo de 1999
Pero aunque ella ahora tiene su vida en Miami junto a su esposo y 2 niños y yo vivo en San Antonio, nunca nos hemos distanciado. Fui a verla cuando nació Cristina, quien ya tiene 6 años y es la niña más adorable y tierna que conozco, después nos vimos cuando estaba embarazada de Guillermo, quien ya tiene 3 años y es un niño tan alegre e independiente.
Ahora que fui a Miami la plática no se nos acababa. Mi esposo adorado se ofreció a preparar en el depa de los Campos Enríquez la paella que le sale riquísima y la sorpresa mía es que volví a ver a Juan García Alejandro, a quien por muchos años Ana y yo le echamos la culpa por habernos puesto a descansar entre semana, pero la realidad no fue así. Ahora le decimos que gracias a él nos hicimos amigas, pues fueron esos miércoles cuando nos íbamos de paseo a Plaza Sésamo o de compras a Laredo.
Uno no escoge a la familia, pero sí a los amigos que terminan siendo como parte de la familia. Así que hoy quiero celebrar nuestra amistad… ya dijimos que igual en unos 40 años más vamos a seguir echando el chal, quizá en la relajante playa de Key Bizcayne, quizá en otra ciudad porque nuestras vidas cambian, pero nuestro cariño se mantiene intacto.
Te quiero, amiga! BFF!
Recordando a mis otros amigos, aquí.
¡Qué lindo, Morenouuuuu! Tú sabes bien cuanto valoro tu amistad, que ha permanecido y se ha fortalecido en las buenas y en las malas, pero lo que más, más, más disfruto es esa ligereza y sencillez con la que podemos acompañarnos y pasar el tiempo como cuando hacíamos collares juntas los miércoles. Y aquí te dejo ese post que yo también escribí hace aaaaaños para complementar el tuyo. El tiempo pasa, y al leer ese post es como si lo hubiera escrito ayer. Love you my friend!
https://mamiglammy.com/2013/10/09/el-mejor-regalo-de-cumpleanos/
Tu post no envejecer, igual que nuestra amistad 💖